En la práctica de hoy, hemos analizado un “caso clínico”. Manuela, de 60 años, acude con un dolor de cadera que lleva con ella bastante tiempo a Urgencias. Veamos qué le ocurre en su consulta. (Si quieres leer el caso
completo, haz clic aquí).
En la visita, podemos apreciar
detalles y hechos positivos, negativos e interesantes. Es decir, encontramos
acciones y procederes correctos, otros que dan margen a ser criticados y, por
último, otros de los que se podría hablar ampliamente.
"Tabla con items positivos, negativos e interesantes".
Hoy en día, desconcierta
ampliamente que “los remedios caseros” a las enfermedades sigan tan de
actualidad. No se trata de menospreciar “los trucos de la abuela”, sino de ser
consciente de las limitaciones de los mismos. Manuela nos sorprende tanto por
sus conocimientos en materia de salud (pidiendo ella misma las pruebas de
imagen y sugiriendo la visita a un médico y fisioterapeuta privados), como
tirando de recursos caseros para mejorar sus dolores.
Manuela, como muchos otros
usuarios, acude a la sanidad pública resignada de antemano a que acabará en la
privada. Ya sea por largas listas de espera, la pesada burocracia o la
jerarquización de las consultas a los especialistas; los usuarios prefirieren
invertir en su salud y, en la misma consulta de urgencias, pedir una
recomendación para ser atendidos en la sanidad privada.
Por último (en esta entrada),
comentaremos cómo el médico de urgencias se lava las manos a la hora de
recomendar, o no, que Manuela vaya a ver a ese fisioterapeuta del que ha oído
hablar. ¿Por qué evade la pregunta? ¿Acaso no sabe el médico qué labor
desempeña el fisioterapeuta ante una artrosis de cadera como la de nuestra
protagonista? Pensemos que simplemente no quiso sugestionar a la pobre Manuela,
que bastante tenía ya con lo suyo.
Más adelante, comentaremos el
resto de ítems y mencionaremos qué ocurre con Manuela.
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