Diréis… “¡Qué pesada es esta chica! Ya vimos un post sobre la deshumanización y, ahora, ¿esto de nuevo?” Pues sí: hoy, prefiero remover conciencias que artículos científicos. O, al menos, intentarlo.
"Ser Fisioterapeuta no te hace un mejor ser humano, ser humano te ayuda a ser un mejor Fisioterapeuta". |
El nivel socioeconómico nos limita
enormemente en nuestra sociedad; estamos condenados a las etiquetas, los
tópicos, las miradas por encima del hombro… ¿Acaso una profesión nos hace
superior a otra persona? Mi respuesta es un rotundo no.
Pero vayamos al tema que nos concierne. La
empatía y la humanidad deben ser características indispensables del
Fisioterapeuta. Vivimos el día a día del paciente: su esfuerzo, su dolor, sus
sacrificios. Somos testigos y partícipes del proceso de restablecimiento de su
salud.
La base de un tratamiento individualizado,
de ese del que tanto hemos oído hablar en la carrera, es el conocimiento del
paciente y la visión del mismo como un todo. “Yo soy yo y mi circunstancia”,
dijo José Ortega y Gasset.
Yo soy yo y mi circunstancia (Ortega y Gasset, siglo XX). |
Para finalizar y como conclusión: No podremos entender una patología y, por
lo tanto, no podremos abordarla con total efectividad si no sabemos previamente
todo aquello que la rodea.
Esto no significa que, de la noche a la
mañana, nos convirtamos en hadas con baritas mágicas que resuelvan los
problemas individuales de los pacientes; sino que no nos convirtamos en un
agravante más de su patología. Somos y seremos una pieza fundamental en su
recuperación integral.
"Fisioterapeuta acompañando a un paciente en las paralelas". |
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